Los sindicatos en Bultaco

Recuerdo aquellas películas "de juicios" norteamericanas en que surgía frecuentemente la expresión “pruebas circunstanciales”, que no se refería sino al hecho de llegar a una conclusión a base de deducir algo fundado en argumentos sin relación directa al hecho que se juzgaba.

Algo similar he experimentado al leer el libro que nos ocupa y su muy denso contenido. La tormenta de “pruebas circunstanciales” plasmadas en cifras, fechas, nombres y empresas facilitada por los autores, nos conduce a una visión del fin de Bultaco que, aunque obviamente parcial por el propio origen del punto de vista que la detalla,  se hace más creíble y veraz gracias al tradicional silencio, lleno de medias verdades, frases con doble (o triple) sentido, y “perdices mareadas” que la “otra parte” (dirección y acólitos) siempre se ha empeñado en ofrecer a la opinión pública y fieles aficionados a la marca.

Alguien, no se quien, fue el autor de aquella frase que aseveraba que “Bultaco, en realidad nunca fue nada distinto a una gran escudería de motos de competición que se financiaba vendiendo motos de calle”. Con matices, por supuesto, pero con el rigor de los datos como prueba, el libro nos conduce a creer que, en verdad, nunca existió en el ADN de la marca de Sant Adriá nada distinto a no pensar en la famosa “bandera de cuadros” y sus ventas por parte de unos, y, directamente, la codicia sin medida y sin mesura por parte de otros...

Insisto: creo que es una pena, un mal favor a la afición, un derecho no ejercido (el de réplica) o que se yo, el que nadie, desde el bando digamos “oficial” de Bultaco nunca haya puntualizado, rebatido, especificado o razonado su visión de qué paso, de donde surgió tanto conflicto, tanto rencor...

Y, como todo jamás no es nunca 100% blanco o negro, en el libro he notado a faltar la mención de algunos nombres y empresas muy notables en el proceso de liquidación final de Bultaco. ¿Por qué?

De veras: un libro que vale la pena. Es denso, espeso, algunas veces barroco en su fidelidad al detalle colateral... pero de inexcusable lectura. Una publicación que lanza un guante blanco (sin demasiada acritud) a “la otra parte” para que, de una vez por todas, detalles sus argumentos, sus razones, sus motivos... Lo dicho: nada es 100% blanco o negro.

Saludos a todos.

Hola a todos, a mi el tema me queda lejos, pero leyendo y hablando con mis amigos catalanes he llegado a la conclusión de que Don Paco era un fenomeno en el apartado de competición pero en la parte contable penoso, un ejemplo : los jugadores del MADRID o DEL BARCA, usan los AUDI una temporada y luego los devuelven, DON PACO les daba a los distribuidores una moto con los papeles y todo , y estos la vendian y la pasta para ellos, CUANTO NOTO A FALTAR AL SR PERMANYER,saludos.

Ya tengo el ejemplar del libro.

Se me acumula la lectura....


Saludos!!

Vale la pena que lo leas, Jordi: te va a gustar...

Esa es buena conclusión Xavidu, ni unos son diablos, ni otros son ángeles. Y hablando del final, la ocasión se prestaba para que saliera lo peor de cada uno.

En muchos capítulos vale eso de que “Si no me das vino eres un rácano. Y si me lo das es por que quieres emborracharme”. Es decir, si no cedes malo, si cedes peor.

Echo en falta datos objetivos, se habla de horas extra, de primas por cronometraje, transporte, carga familiar, etc. Todo gira en torno a la pasta, lógico, pero te quedas sin saber cuál era el sueldo final en cada nivel, si estaba lejos o muy lejos del salario base. Si realmente los operarios de Bultaco estaban en general mal pagados (como se llega a decir) o no.

Es importante para juzgar si podían tener una perspectiva que fuese más allá de final de mes o no. Recordemos que la traca final se montó por la supuesta imposibilidad de pagar la extra de Navidad y aplazar la mitad del sueldo de diciembre del ’80.

Los autores se excusan argumentando en una entrevista posterior que no han tenido acceso a los libros de contabilidad, pero para botón de muestra bien valdrían las nóminas del propio Angel Sody.

Ya que fue aceptado como director de la sociedad laboral, podía haber participado Chalamanch, un torrente de energía con 91 años y sin pelos en la lengua. Sobre todo para ampliar el muy escueto capítulo de la Autogestión.

No es por comparar, pero en tantos episodios donde se habla de las condiciones de trabajo – frío, calor, ruido, humos, falta de duchas, etc. – a uno se le viene a la cabeza la fábrica Montesa de Esplugas (1962).

Después de leer el libro entiendo por que el ayuntamiento de San Adrián no nos hizo ni puñetero caso cuando hace tres o cuatro años nos ofrecimos a poner un placa en el centro de cultura sito en lo que fue la fábrica de Mas Casellas. ¡Qué ingenuos fuimos!

El momento político, el rencor acumulado, la facilidad de liderar a gente carente de preparación, la falta de control de gastos, la falta de inversión… Aunque la verdad, los sindicatos, sus conductas y salidas de madre parecen una anécdota ante la deuda acumulada ¡900 millones de ptas!

Si como afirmaba en el '79 el propio Bultó, se fabricaban 25.000 motos al año y calculando, muy por arriba, un beneficio de 20.000 ptas por moto, habrían sido necesarios casi 2 años de producción solo para pagar la deuda.

Simplificando, el endeudamiento era el doble que el de España ahora, que debe su PIB anual. Pero Bultaco ni emitía deuda, ni bonos, ni le amparaba la Troica... Entre todos la mataron y ella sola se murió.

Un saludo

Me he leido el libro y yo tambien recomiendo encarecidamente su lectura!
Por una parte me ha sorprendido que para venir de donde viene, es bastante objetivo ( me esperaba algo más panfletario) y por otro lado explica muy bien la situacion industrial y sindical de España, desde la posguerra con el aislamiento en el que estaba inmersa hasta la llegada de la democracia y los cambios que vinieron.
No creo que el tipo de gestion que llevaba Bultaco fuera muy diferente de el resto de empresas de su entorno.
Pensar que eran pioneros en un producto tecnolgicamente puntero en su tiempo para el que buscar componentes debía ser complicado por los fuertes aranceles a aplicar, e imagino que la politica de comprar componentes a talleres regentados por empleados de la propia Bultaco era habitual.
Hoy es algo totalmente inadmisible, pero yo eso lo he vivido en la industria de la automocion hace no mas de 15 años! Era la manera rapida y eficaz de desarrollar tecnologias inexistentes en el mercado estando muy cerca del cliente.
Como bien dice Kaezet nos falta alguna pieza del puzle (en este caso la gerencia de Bultaco) para comprender toda la historia pero si se ve que no fue nada facil en ese periodo se empresario ni tampoco ser currela!

No me he leído el libro pero cada vez tengo más ganas. A ver si lo tienen en la biblioteca de la CNT que tengo al lado de casa.

Respecto al tema de la industria auxiliar, hay una reflexión muy buena de Jaime Alguersuari en el Libro de homenaje a Antonio Cobas, uno de los grandes. La reflexión "20 años después, él tenía razón" de la que se puede extraer el porqué del hundimiento de la industria española de la moto. EL SISTEMA, el sistema en que altos cargos internos eran a la vez proveedores de la fábrica y no precisamente con la última tecnología o el mejor precio y existían unas castas internas inamovibles que capaban la entrada de ideas nuevas. Todo ello referente al veto que existía ante la posible entrada de Cobas en Derbi.